

MAGIA PARA PRINCIPIANTES
Siempre que vayamos a realizar un hechizo o ritual debemos trazar un círculo de protección, que permitirá la entrada de las energías correctas para nuestro trabajo e impedirá la interferencia de cualquier energía perturbadora.
Una vez que se ha trazado el círculo, nada ni nadie puede atravesarlo hasta que cerremos el ritual. El círculo se puede trazar con piedras o velas, pero también puede ser imaginario.
El círculo estará consagrado al Dios y a la Diosa y a los poderes de los cuatro elementos.
Para cerrar el círculo, primero debemos tener preparado en el altar todo lo que vamos a necesitar: velas, agua, sal, cerillas o encendedor, inciensario o quemador de esencias, hierbas e inciensos...
Debes comezar trazando el círculo con el athame (daga ritual), en el sentido de las agujas del reloj, comenzando por el este. Las palabras que se han de pronunciar son las siguientes:
Yo te conjuro, círculo de poder, para que seas mi límite entre el mundo de los hombres y el mundo de los espíritus. Te conjuro para que seas guardian y protector del poder que levantaré dentro hasta que decida liberarlo. Por eso, te bendigo y te consagro.
Después volvemos al altar y pronunciamos estas palabras:
Éste es un tiempo que no es tiempo y un sitio que no es sitio. Estoy ante el umbral de dos mundos, ante el velo de los misterios. Que los Dioses me protejan y me guien a través de esta travesía mágica.
Tras decir esto, hay que encender la Vela de la Presencia, que debe ser blanca (preferiblemente) o roja.
Realizamos el exorcismo del agua: Ponemos el agua sobre el pentáculo y metemos la punta del athame en el agua. Tras hacer esto pronunciamos estas palabras:
En nombre de la Señora, yo te exorrcizo, Agua, y conjuro fuera de ti toda impureza, para que seas un elemento de purificación y protección de mi círculo. Bendita seas.
Después del exorcismo del agua, debemos realizar la bendición de la sal: Ponemos la sal sobre el pentáculo, metemos en ella la punta del athame y decimos estas palabras:
En nombre de la Señora, yo te limpio, para que toda impureza salga de ti y para que seas un elemento de purificación y protección de mi círculo. Bendita seas.
Ahora pondremos 3 pizcas de sal en el agua y la mezclaremos con el athame, dando 3 vueltas en el sentido de las agujas del reloj. Trazamos el círculo con esta mezcla, diciendo estas palabras:
Con agua y sal trazo el círculo sagrado. Nada que no haya sido llamado entrará en él y podré cumplir los propositos de este ritual.
Una vez hecho esto, realizamos la Bendición del Fuego: Ponemos el inciensario sobre el pentáculo, lo encendemos y ponemos la punta del athame en él, diciendo:
En nombre del Dios yo te bendigo, Fuego. Sé elemento de purificación y protección de mi círculo.
Tras esto, realizamos la Bendición del Aire, ecahando un poco de incienso en el inciensario. Cuando comience a echar humo, diremos estas palabras:
En nombre del Dios yo te bendigo, dame tu amor y protección para trazar este círculo.
Ahora podemos trazar el círculo con fuego y aire, levantando el inciensario y recorriendo el círculo en el sentido de las agujas del reloj, comenzando por el este, mientras decimos estas palabras:
Con el Aire y el Fuego, destierro de este círculo toda fuerza impura y negativa.
El siguiente paso es la Llamada a los Guardianes. Comenzaremos por el este y nos moveremos en el sentido de las agujas del reloj:
ESTE: Guardianes del Este, Señores del Aire, yo los convoco a presenciar este ritual y proteger este círculo. (Encendemos la vela amarilla). Bienvenidos sean.
SUR: Guardianes del Sur, Señores del Fuego, yo los convoco a presenciar este ritual y proteger este círculo. (Encendemos la vela roja). Bienvenidos sean.
OESTE: Guardianes del Oeste, Señores del Agua, yo los convoco a presenciar este ritual y proteger este círculo. (Encendemos la vela azul). Bienvenidos sean.
NORTE: Guardianes del Norte, Señores de la Tierra, yo los convoco a presenciar este ritual y proteger este círculo. (Encendemos la vela verde). Bienvenidos sean.
Tras convocar a los guardianes, debemos invitar al Señor y a la Señora:
Señora y Madre, yo te convoco a mi círculo para que presencies mi ritual, protejas mi círculo y me llenes de tu amor y protección. Bienvenida seas. (Encendemos la vela de la Diosa)
Señor y Padre, yo te convoco a mi círculo para que presencies mi ritual, protejas mi círculo y me llenes de tu amor y protección. Bienvenido seas. (Encendemos la vela del Dios)
Apuntamos con el athame hacia el centro del círculo y pronunciamos estas palabras:
El círculo está cerrado por el poder de los Dioses y los Guardianes. Que estos me guien y me protejan.
Ahora ya tenemos el círculo preparado y podemos realizar nuestro hechizo o ritual o simplemente meditar. Cuando hayamos terminado, es conveniente colocar las palmas de las manos y los pies sobre el suelo y visualizar como toda la energia que hemos absorbido regresa a la tierra.
Antes de terminar, debemos abrir de nuevo el círculo. Para ello, nos despediremos de los Dioses con estas palabras:
Señora, te doy las gracias por haber venido a mi círculo y compartido conmigo este ritual. Feliz partida y feliz reencuentro. (Apagamos la vela de la Diosa)
Señor, te doy las gracias por haber venido a mi círculo y compartido conmigo este ritual. Feliz partida y feliz reencuentro. (Apagamos la vela del Dios)
Ya sólo nos queda despedir a los Guardianes. Comenzaremos por el norte, en sentido contrario a las agujas del reloj, apagando la vela correspondiente tras decir las palabras de cada guardián:
NORTE: Atalayas del Norte, Señores de la tierra, agradezco su presencia y protección y los despido en paz. Feliz partida y feliz reencuentro.
OESTE: Atalayas del Oeste, Señores del agua, agradezco su presencia y protección y los despido en paz. Feliz partida y feliz reencuentro.
SUR: Atalayas del Sur, Señores del fuego, agradezco su presencia y protección y los despido en paz. Feliz partida y feliz reencuentro.
ESTE: Atalayas del Este, Señores del aire, agradezco su presencia y protección y los despido en paz. Feliz partida y feliz reencuentro.
Recorremos el círculo con el Athame en el sentido contrario a las agujas del reloj comenzando por el este, mientras visualizamos como retiramos la energía que desplegamos al principio. Mientras tanto, decimos estas palabras:
El círculo está abierto, más nunca roto. Feliz partida y feliz reencuentro. Así sea.
Tras decir esto, apagamos la Vela de la Presencia. Ya podemos salir del círculo.
¿Qué? ¿A qué ahora no parece tan raro que la pobre Luna tardase días en aprender todo esto? Pues con esto ya podéis empezar a practicar. ¿Qué os gustaría aprender más hechizos? Ya sabéis lo que diría Emma: "Nada de hechizos hasta que sepas cerrar el círculo. El camino de la sabiduría es largo y hay que recorrerlo poco a poco, disfrutando cada detalle, y tú te empeñas en correr."
Más adelante, ya se verá ;-)